Las erecciones no tienen exactamente la misma prestancia ni duración a los veinte años que a los sesenta
Ya nos veremos otro día… y se dio la vuelta para ir hacia su portal. Yo tenia el corazón a mil por hora a punto de salirse de mi pecho y unas ganas de plañir tremendas, me acerque rápidamente a ella mientras que buscaba las llaves en le bolso y la cogí por el brazo.