Hola chicos, soy Eva, una apetecible mujer que será tu perdición una vez la hayas catado. Mis maneras de dar placer son excelsas, no las podrás olvidar … mis manos, mi boca, mi piel, mis pechos, mi sexo serán tu dulce condena.
Al charlar de la rigurosa selección que la mujer realiza en el hombre, podríamos extender el principio a la selección que las hembras llevan en los machos dentro de numerosísimas especies de animales. Hacerlo nos resultará más cómodo para explicar esto.
Por el contrario, cuando no hay escenarios singulares que se anoten en la memoria con emociones, y cuando todo es rutina, sucede que no hay recuerdos. Y sino hay recuerdos, es más difícil para la imaginación construir de la otra persona… un mito.
Y no desean los hombres buenitos, de poco carácter, inseguros, perplejos y que no son capaces de encarar y desafiar a una mujer cuando les agrada. Precisamente como sucede en la mayor parte de las novelas, donde el protagonista es el hombre fuerte y poderoso y en algunos casos hasta delincuentes.
En este punto pude hacer un alto en el camino donde ya era Prohibido mencionar un problema anterior que se había discutido y perdonado, eso permitía tratar solo un problema al unísono y comenzamos a llegar a acuerdos considerablemente más veloz.
Tu placer es mi mayor preocupación, mi estilo de placer es muy G.F.E. (girlfriend experience). Lo que quiere decir que me chiflan los besos, las caricias, el coqueteo y el juego sexual.
Nota Tu puedes llenar sólo tus progenitores y examinar lo que causó la crisis de los códigos en tus relaciones pasadas o si tienes toda la información entonces llena el cuadro completo y examina las zonas comunes y las diferencias. Observa como puedes reprogramarte.
Evidentemente esto ocurre en tanto que está cerca el precipicio y a un paso de aventarse en la demanda de divorcio y en un planeta absolutamente desconocido para usted, pues lo más lógico es que caiga en la tentación y le dé una segunda oportunidad.
En uno de sus ataques de ira, Javier optó por quitar todas las cosas de ella de su mesa y tirarlas a la basura. Cuando Ana llegó, ella se puso a llorar y se sintió fatal, por lo que terminó por disculparse.
Estira los brazos hacia delante para apoyar sus antebrazos y las palmas en el suelo. El hombre pone sus manos sobre sus muslos externos. Cuando estira los brazos y el pecho cara adelante y cara abajo, aplica una suave presión hacia abajo sobre sus muslos.
